7/11/13

La autoridad no debe humillar

 
         

Hace unos siglos, un famoso pensador griego dijo:
Debemos preparar a nuestros hijos para el mundo del futuro, no para el mundo de nuestros padres ni el nuestro. En este mundo actual, lo determinante para triunfar será el carácter, no exactamente el conocimiento, como muchos pudiéramos creer. Tener temple, salir de fracasos  adecuadamente, hacer de los fracasos un desafío y no una tragedia,  eso será lo que buscarán los seleccionadores de personal. Para los trabajadores independientes será un autorequisito.

Un hijo forjará su carácter si percibe claramente la autoridad de los padres. En presencia de autoridad, los niños y jóvenes a su vez actuaran  con autoridad para resolver sus
problemas y lo harán con determinación. Sin presencia de autoridad, nuestros hijos serán débiles de carácter  y actuarán por impulsos, con los consecuentes problemas de adaptación. El límite de autoridad lo pone la siguiente regla: “La autoridad no debe humillar”. ¿Queremos que nuestros hijos no sufran? Entonces hay que prepararlos  para sufrir. No podemos evitarles todo posible sufrimiento, si no, ¿cuándo aprenderán? Deben comprender la muerte, los problemas de la vida, los problemas en el trato de sus congéneres. No debemos resolverles todos los problemas, hay que ayudarlos a que poco a poco los resuelvan ellos mismos.

Nadie logra metas exitosas y duraderas  sin un poco de sufrimiento. ¿Alguien imagina a un campeón de atletismo que no sufra para lograr sus marcas? Eso se aplica a todo tipo de campeón y a todo tipo de actividad.

Recuerda que nadie recoge su cosecha sin sembrar muchas semillas y abonar mucha tierra. Es muy importante enseñarles a carecer, es decir a “sentir la falta de” y arre- glárselas por sí mismos. ¿Cómo les enseñamos a carecer? ¡Dándoles un poquito menos de lo que necesitan! ¡No hay otra manera! Si no, ¿cómo sienten la falta de? Así aprenden a apreciar lo que tienen. Aprenden a no ser ingratos. Aprenden a gozar de la vida porque muchas veces  se goza en las cosas sencillas. Aprenden a no ser quejosos.
Una excelente escuela para aprende a carecer (sin morir en el intento) es la mesa del hogar, la comida. ¿Qué debemos darles de comer? ¡Lo que nosotros decidamos que es bueno para ellos! Parece increíble, pero si no hacemos este tipo de cosas, no se podrán adaptar. La comida es una buena escuela del carecer, pues así no serán quisquillosos en sus relaciones sociales, el trabajo y el mundo real.

También hay que educarlos en el servicio. Una familia normal es un equipo de trabajo con pocas tareas: tender la cama, limpiar los cuartos, lavar los platos, pintar la casa, etcétera. Hay que educarlos para que realicen labores de hogar, aunque lo hagan mal al principio. Si no hacen este tipo de servicios, luego tendrán problemas. Las escuelas más importantes de liderazgo del mundo enseñan a los jóvenes a carecer, para que sepan y entiendan el mundo, y lo puedan liderar. ¿Mesadas? Que sean una cantidad fija, más bien, semanales y algo menos de lo que creen que necesitan. Así aprenden a administrar el dinero. Claro que se deben aceptar excepciones, pero conversadas serenamente. Construyamos hijos luchadores, no debiluchos sobreprotegidos. Que se superen a sí mismos. Que tomen los problemas como desafíos  para mejorar.

Recuerden que nadie alcanza altura  con un solo vuelo. Hay que ilusionarlos con ideales, metas futuras y sueños para que sean buenos de corazón. Importante también es estar convencidos de que triunfador no equivale a tener dinero o propiedades. Triunfadores son aquellos que son felices con lo que hacen, con su vida. Solamente así podrán hacer felices a otros. Los hijos con carácter templado, conocimiento del carecer, educados en el servicio y plenos de amor e ilusiones serán hijos triunfadores. Los padres tenemos la gran  responsabilidad de criar hijos que transformen nuestro país, en uno donde reine la libertad, la abundancia y la justicia.




1 comentario:

  1. Excelente enseñanza para nuestros hijos y todos los hijos del mundo,Cómo dicen por ahí, eduquemos a nuestros hijos para que en el futuro no sean maltratados como delincuentes,es triste ver hoy en día niñas de de 13 14 años embarazadas, alguns sin saber de quien, sin saber a ciencia cierta el futuro de esos futuros hijos

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